Cuando estás en lo alto de un edificio o te asomas a un balcón situado a muchos pisos de altura, es posible que durante unos segundos se te cruce por la cabeza el deseo de saltar al vacío. O de saltar a las vías del tren antes de que pase un tren a gran velocidad. Ese segundo en el que repentinamente, piensas en darle la mano a esa persona; esa idea de como sería tocarle la cara. El momento en el que de repente decides soltar el globo y dejar que desaparezca en el infinito. Esos momentos que se te pasan por la cabeza. Esos segundos que tanto miedo dan. Instantes llenos de vértigo.
Ficha técnica
Información: Donostia Kultura / Osa + Mujika